¿Está Airbnb DISPARANDO los Precios del Alquiler?
El dilema español: ¿Nos está ahogando el éxito turístico?
Sol, playa, cultura… ¡España es líder mundial en turismo y bate récords! Millones de visitantes, economía que crece… Pero, ¿está este éxito ahogando a quienes vivimos aquí? ¿Nos está dejando el boom del alquiler turístico sin sitio en nuestras propias ciudades? ¡Hoy en Neobricks analizamos el impacto del turismo en TU vivienda!»
No hay duda: el turismo es un motor vital para la economía española. Aporta una parte significativa al PIB, crea cientos de miles de empleos… Pero este fenómeno masivo tiene una cara B. El auge espectacular del alquiler vacacional, impulsado por plataformas digitales archiconocidas, ha cambiado las reglas del juego del alojamiento. Millones de turistas buscan ahora pisos y apartamentos en lugar de hoteles.
La génesis del conflicto: Competencia por el mismo techo
Y aquí surge el conflicto: ese mercado de alquiler turístico compite directamente con el mercado de vivienda residencial, el de la gente que vive y trabaja aquí todo el año. El resultado, especialmente en las zonas más atractivas (costas, islas, grandes ciudades), es una tensión creciente. Los residentes, sobre todo los jóvenes y las familias con menos recursos, se enfrentan a precios disparados y a una oferta de alquiler de larga duración que parece encogerse día a día.
¿Es una conexión directa? ¿Es el alquiler turístico el principal culpable de que sea tan caro y difícil encontrar piso? ¿O hay otros factores más importantes? En este vídeo, vamos a investigar a fondo esta compleja relación en 2025: veremos qué dice la evidencia, cómo afecta realmente a los precios y a la oferta disponible, qué consecuencias tiene para los vecinos y qué medidas se están tomando para intentar poner orden.»
Primero: ¿Qué dice la evidencia?
Los estudios ofrecen matices. Por un lado, investigaciones serias, tanto a nivel nacional como local (por ejemplo, un análisis muy detallado en Málaga), encuentran una correlación clara: donde aumenta el número de pisos turísticos, tienden a subir los precios del alquiler residencial. Parece lógico, ¿verdad? Compiten por el mismo bien escaso: la vivienda. Pero, por otro lado, hay informes, a veces encargados por el propio sector, que minimizan este impacto a nivel nacional.
Argumentan que los pisos turísticos son un porcentaje pequeño del total de viviendas y que el problema de fondo es la falta estructural de oferta, es decir, que se construye poco y hay poca vivienda social. Probablemente, ambas cosas sean ciertas: el impacto del alquiler turístico es muy real y muy fuerte en zonas concretas y tensionadas, aunque no sea el único factor que explique la crisis de vivienda en toda España.
Segundo: El mecanismo ‘expulsión’ y la subida de precios.
¿Por qué pasa esto? Simple: la rentabilidad. Alquilar un piso por noches o semanas a turistas suele dar más beneficios que alquilarlo por años a un residente. Ante esto, muchos propietarios deciden pasarse al mercado turístico. ¿Consecuencia directa? Menos oferta de alquiler de larga duración. Hemos visto datos alarmantes, como caídas de oferta residencial de dos dígitos en algunas ciudades mientras la oferta turística se disparaba.
Esta menor oferta, combinada con la demanda de residentes que necesitan vivir allí, hace que los precios de los pocos pisos que quedan suban y suban. Lo vemos claramente en Baleares, Canarias, Málaga, Barcelona, Madrid… Paradójicamente, ¡en España hay millones de viviendas vacías! Pero por burocracia, mal estado, miedo a impagos o a la okupación, no están en el mercado, agravando el problema.
Tercero: El coste humano y social.
Esto no son solo números. Son residentes, a menudo jóvenes o trabajadores con sueldos normales, que no pueden pagar un alquiler en su propio barrio o ciudad. Es el fenómeno de la gentrificación: los vecinos de toda la vida son expulsados y reemplazados por una población flotante de turistas o residentes de mayor poder adquisitivo. Los barrios pierden su esencia, el comercio tradicional cierra para dar paso a tiendas de souvenirs o franquicias… Y esto genera malestar social.
Hemos visto grandes manifestaciones en Canarias, Baleares y otras zonas al grito de ‘¡ya basta!’ contra la masificación turística y la crisis de vivienda. Además, la convivencia se resiente por el ruido, las fiestas en pisos turísticos, la saturación de servicios…
Cuarto: La reacción regulatoria.
Ante esta presión, las administraciones están empezando a actuar, aunque de forma desigual. Vemos un auténtico mosaico de regulaciones: Ayuntamientos como el de Barcelona que planean prohibir totalmente los pisos turísticos en edificios residenciales. Málaga o Sevilla poniendo límites en ciertas zonas. Canarias planteando restricciones a la obra nueva. Baleares permitiendo que las comunidades de vecinos los prohíban.
A nivel nacional, se habla de crear un registro único, subir impuestos a esta actividad… El objetivo es limitar el crecimiento descontrolado y mitigar el impacto. Pero ¿funcionan estas medidas? Hay mucho debate: algunos creen que son insuficientes, otros que ahogan al sector. Además, controlar los ilegales es un gran reto.
Quinto: No estamos solos.
Este dilema entre turismo y vivienda no es exclusivo de España. Ciudades como París, Lisboa, Berlín o Roma están en una lucha similar, aplicando también normativas para controlar los alquileres turísticos. La propia Unión Europea ha empezado a regular a las grandes plataformas.
Sexto: Buscando el equilibrio.
Porque no podemos olvidar la otra cara: el turismo y los alquileres vacacionales generan riqueza, empleo, oportunidades para muchos propietarios y negocios locales. Aportan mucho a la economía. El desafío es cómo mantener esos beneficios sin que el coste social para los residentes sea inasumible.»
Conclusión: Hacia un modelo turístico sostenible e inclusivo
En conclusión, la relación entre el exitoso modelo turístico español y el mercado de la vivienda es profundamente compleja y está generando tensiones sociales y económicas muy serias en 2025, especialmente en las zonas más turísticas.
La evidencia sugiere que el auge descontrolado del alquiler vacacional sí contribuye a la reducción de la oferta residencial y al aumento de los precios, agravando la crisis de acceso a la vivienda para muchos ciudadanos. Las administraciones están reaccionando con un abanico de regulaciones, pero su efectividad y coherencia están aún por demostrarse.
El gran reto para España es encontrar un equilibrio sostenible. ¿Cómo podemos seguir siendo una potencia turística sin expulsar a nuestros propios ciudadanos? Se necesitan estrategias integrales, que combinen una regulación inteligente y adaptada a cada lugar, un fuerte impulso a la vivienda asequible, y un diálogo honesto entre todos los implicados: administraciones, sector turístico y, por supuesto, los vecinos. El futuro pasa por un modelo turístico que no solo sea rentable, sino también respetuoso con el derecho a la vivienda y la calidad de vida de las comunidades que acogen a los visitantes.»
¿Qué piensas tú? ¿Es el alquiler turístico el gran culpable? ¿Son suficientes las medidas que se están tomando? Déjanos tu opinión en los comentarios, ¡queremos saber qué piensas! Si te ha interesado este análisis, dale a like, suscríbete a Neobricks para más contenido sobre vivienda, construcción y economía, y activa la campanita. ¡Nos vemos pronto!»